El renombrado abogado y doctor en derecho internacional, Joaquín Mejía, articuló un poderoso desafío para el nuevo fiscal general: la necesidad imperante de llevar a juicio a los responsables del golpe de 2009 en Honduras.
En su disertación, Mejía remitió a los hallazgos presentados en el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Allí, Romeo Vásquez Velásquez, el que fuera líder de las Fuerzas Armadas, admite sin reservas que «tenía mando efectivo sobre FFAA, conocía plenamente y compartía estrategia de Micheletti y contaba con información puntual de inteligencia militar y otras fuentes»
El informe también expone la participación de Vásquez en la ejecución de decretos que restringían los derechos de los opositores al golpe de Estado. Cuando se le cuestionó sobre su involucración en actos políticos que respaldaban al gobierno de facto, reconoció, “fue un error, pero Micheletti me llamó”.
Las conclusiones del informe son categóricas. El papel de Romero Vásquez fue crucial en la comisión de violaciones a los derechos humanos, y su responsabilidad está estrechamente vinculada a la de Micheletti, el general Miguel Ángel García Padgett y el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Joaquín Mejía precisó que, tal como sugirió la Comisión de la Verdad y Reconciliación, es imperativo que estos perpetradores sean investigados, enjuiciados y penalizados por crímenes de lesa humanidad, que son imprescriptibles, «sin excluir los máximos niveles de responsabilidad». En sus palabras, «este es un primer reto para el próximo Fiscal General».