Salvador Nasralla, líder del PHS, sigue adelante con una campaña de odio en redes sociales que parece evocar épocas de polarización extrema como la guerra fría, con un tono de derecha radical.
Resulta preocupante que, en su publicación más reciente, Nasralla haya elegido difundir un video con un lenguaje tan denigrante al referirse a la ideología del partido en el poder. Esta elección de palabras no sólo polariza aún más el panorama político, sino que también refleja una falta de respeto hacia el debate democrático y la pluralidad de pensamiento.
Es paradójico que, en medio de su retórica agresiva, Nasralla solicite al partido de gobierno la aceptación de candidatos presentados por su coalición para Fiscal General y Adjunto. Este tipo de acciones reflejan una falta de coherencia en su discurso y estrategia política.
Además, el respaldo de Nasralla al actual Fiscal Adjunto, Daniel Sibrián, una figura controvertida asociada con el Partido Liberal y acusada de encubrir actos corruptos, genera serias dudas sobre su compromiso con la transparencia y la justicia.
Su reciente alianza con el Partido Nacional, institución política marcada por acusaciones de vínculos con el narcotráfico, ha generado más preguntas que respuestas. La política es un juego de estrategia, pero para muchos, esta jugada parece más un acto de desesperación que de cálculo.
Luis Zelaya, político liberal, ha sido particularmente mordaz en sus comentarios hacia Nasralla, apodándolo «tonto útil», señalándole además que los consensos no se logran con ofensas.
De forma punzante, Zelaya explicó a Nasralla que el Ministerio Público está controlado por un aliado de Mario Segura, figura prominente del Partido Liberal, y Yani Rosenthal, líder central del mismo partido, haciendo referencia claramente a Daniel Sibrián. Con un tono sarcástico, Zelaya preguntó a Nasralla: «¿Lo sabías, tonto útil?».
