El ambiente político ya está encendido en la capital hondureña, y anoche se trasladó al Estadio Nacional durante el partido entre Honduras y Jamaica.
Salvador Nasralla, fiel a su estilo, intentó politizar el evento deportivo, buscando hacer una «entrada triunfal» al estadio. Sin embargo, su plan fue frustrado por un grupo de personas que le gritó «¡Vamos con Rixi!» mientras caminaba por el lugar.
Dentro del estadio, seguidores del Partido Libre coreaban «¡No volverán!», un lema dirigido a la oposición hondureña, que busca regresar al poder mediante alianzas con actores que anteriormente estuvieron vinculados a Libre.
Como resultado de la situación, Nasralla optó por no subir el video de su llegada a sus redes sociales. Además, su esposa, Iroshka Elvir, fue vista visiblemente molesta, llegando incluso a hacer gestos ofensivos a las personas que se encontraban cerca de su ubicación.
Por otro lado, Jesús Mejía, exgerente de la ENEE y acusado de corrupción, asistió al encuentro junto a un grupo de simpatizantes nacionalistas.
Durante el partido, fue confrontado en las gradas por los supuestos desfalcos cometidos contra el Estado, lo que llevó a un ciudadano a arrojarle su bebida de forma violenta.
Este incidente desató una pelea en la parte baja de las gradas, lo que obligó a las autoridades a intervenir para controlar la situación.