Este 30 de abril se concretó la formal salida de Salvador Nasralla de su puesto como designado presidencial, tras la aceptación por parte del Congreso de su renuncia, presentada por segunda vez con modificaciones.
Durante el periodo de esta administración, Nasralla se ha mantenido alejado del gobierno, forjando alianzas con la oposición y dedicando la mayor parte de su tiempo a participar en marchas opositoras y lanzar críticas a través de los medios de comunicación.
Sin embargo, a pesar de su ausencia en las labores gubernamentales, Nasralla continuó recibiendo un salario significativo como designado, estimado en 109 mil lempiras, lo que ha generado críticas por parte de funcionarios gubernamentales y la población en general.
Recientemente, el ex asesor presidencial Marvin Ponce instó a Nasralla a reembolsar los aproximadamente 4 millones de lempiras que recibió sin realizar ningún tipo de trabajo.
Además de su salario, Nasralla también representó una carga adicional para el Estado debido a los gastos asociados con su seguridad, transporte y otros privilegios como alto funcionario del Estado.
Un video que circuló hace algún tiempo mostró a Nasralla participando en marchas de la oposición bajo la protección de un robusto dispositivo de seguridad, lo que avivó las críticas sobre su utilización de recursos estatales para actividades políticas externas a sus responsabilidades oficiales.