Recientemente, ha surgido un nuevo video de los disturbios en el Congreso Nacional, el cual muestra al diputado del Partido Nacional, Jack Uriarte, en un acto de violencia inaceptable.
El video revela a Uriarte agrediendo brutalmente a un empleado de limpieza del Congreso con golpes de puño.
Este incidente es particularmente alarmante, no solo por la naturaleza del ataque, sino también porque, según las imágenes, la agresión parece haber sido completamente injustificada, ya que el empleado no provocó de ninguna manera al diputado.
Este acto de violencia gratuita contra un trabajador desarmado y no agresivo es especialmente condenable, ya que muestra un total desprecio por la decencia y la conducta esperada de un funcionario público.
Cabe señalar que este no es el primer escándalo en el que Uriarte se ve envuelto. Recientemente, fue descubierto ingresando explosivos al salón de sesiones del Congreso Nacional, un acto que por sí solo ya había generado considerable alarma y cuestionamientos sobre su idoneidad como legislador.
La recurrencia de estos incidentes sugiere una tendencia de comportamiento temerario y posiblemente delictivo, que socava la confianza pública en su capacidad para desempeñar sus deberes de manera responsable y ética.